LA PROHIBICION: COMIENZA LA LEY SECA

COMIENZA LA LEY SECA.

El 17 de Enero de 1920 el país amaneció bajo la Ley Seca. Por los siguientes 13 años la Prohibición fue la ley.

La Enmienda XVIII de la Constitución de los Estados Unidos de América establecía en efecto la prohibición de las bebidas alcohólicas en todo territorio norteamericano al declarar la producción, transporte y venta como ilegal.

Por separado se redacta el  Acta Nacional de la Prohibición, mejor conocida como el Acta de Volstead que estableció los métodos para cumplir la Enmienda y definió cuales líquidos intoxicantes estaban prohibidos y cuales estaban excluidos (por razones médicas y religiosas).  La Enmienda fue la primera en establecer un periodo posterior para entrar en vigencia una vez ratificada  y un tiempo límite para que los Estados la ratificaran.  Su ratificación se completa el 16 de enero de 1919 y entraría en efecto a la medianoche del 16 de enero de 1920.  El 17 de Enero de 1920 el país amaneció bajo la Ley Seca. Por los siguientes 13 años  la Prohibición fue la ley.

La gran paradoja: El consumo de alcohol era permitido.

La sección 29 de la Ley de Volstead permitía la producción en las casas de vino y cidra pero no de cerveza.  Hasta 200 galones anuales de vino y cidra podían producirse para consumo casero, por lo que miles de personas acumularon vinos y licores en los últimos meses del 1919 antes que la Prohibición entrara en efecto.

Por ley  los ciudadanos podían conservar cualquier destilado, cerveza o vino que  tuvieran al momento de la ley entrar en efecto y consumirlo en la privacidad de sus hogares.  Esto fue aprovechado por una inmensa mayoría para construir bodegas subterráneas donde pudieran almacenar las bebidas.

La Prohibición fue conocida también como el Noble Experimento, siendo la palabra clave Experimento aquí, pues todos los que rechazaban la Ley Seca decían que su puesta en marcha no iba a funcionar.  El consenso publico era que la cerveza debió ser excluida por su bajo contenido en alcohol.

La Enmienda no hacía referencia al contenido de Alcohol pero el Acta de Volstead fijó el límite en 0.5%.  El debate se incrementó cuando se reveló que el porcentaje se fijó por el valor de los impuestos a las bebidas de malta

El Coronel Jacob Ruppert, un magnate de la cerveza de New York y dueño de los New York Yankees,  se pronunció con ese sentir publico solicitando que las cervezas con  2.75 por ciento de  alcohol o menos no podían ser consideradas intoxicantes.  Llevó su argumento hasta la Suprema Corte de Justicia donde fue rechazado al final.

Las tropas que regresaban de Europa de combatir en la primera Guerra Mundial cantaban «Queremos Cerveza» al llegar a los puertos americanos.

Sin embargo, las cervezas con un porcentaje mayor al 0.5% permanecieron siendo ilegales durante la Prohibición.  Parecería que los bebedores de Cerveza tendrían que buscar nuevas maneras de obtener su cerveza.

Inmediatamente después de su aprobación se destruyeron millones de litros de vino y licores, se clausuraron destilerías y las sentencias de cárcel por delitos relacionados con el alcohol empezaron a crecer.   En las zonas rurales y ciudades pequeñas, tuvo una acogida relativamente positiva, pero en las grandes ciudades la oposición popular fue enorme…

Durante el primer año de vigencia de la ley el consumo de alcohol aumentó de forma alarmante, debido quizá al ambiente reinante a comienzos de aquellos felices años 20. Aquella era una sociedad permisiva, que tenía más tiempo de ocio y deseaba apurarlo al máximo. En esa sociedad el hampa ejercía su autoridad cruelmente, amparada en la filosofía de no intervención del Estado.

 En 1925, el periodista H. L Mencken afirmaba que La Prohibición no estaba funcionando porque solo se hacia cumplir para las clases menos favorecidas.

En efecto, antes de enero del 1920 la clase alta compró inventarios completos de alcohol para sobrevivir a la Prohibición.  El presidente Wilson  movió su inventario a su residencia en Washington cuando su mandato terminó.  Su sucesor,   Harding, transportó el suyo a la Casa Blanca después de tomar el mando.

Los demócratas del norte eran «Wets» y argumentaban que la  Prohibición no había parado el crimen sino que por el contrario había creado un sistema criminal a gran escala.

Las condiciones para rechazar la Decimoctava Enmienda ya se estaban creando.

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